X años nació en el 1999, cuando tomaba una ducha para ir al trabajo en San Pablo. En ese momento escuché por la radio que una encuesta realizada el 6 de agosto en las calles de Hiroshima, había obtenido como resultado que un porcentaje abrumadoramente alto de jóvenes de esa ciudad no sabían que aniversario se recordaba ese día. Esto me golpeó muy duro. Algo debemos hacer para combatir el olvido, la desmemoria, me dije. Y pensé en un ciclo por Internet, que recordara a las personas hechos que a mi criterio no debían ser olvidados. Hitos fundamentales de nuestra historia como especie cuyo extravío en la memoria me resulta, a mí al menos, inadmisible. Por eso el ciclo nació un 6 de agosto y con un poema de Vinicius de Moraes sobre la bomba atómica que explotó en Hiroshima.

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8 de julio – 57 años este día

Jean Moulin nació un 20 de junio de 1899 en Béziers (Francia, claro) y murió el 8 de julio de 1943. Este X años estará dedicado en su totalidad a su memoria y a recordar las circunstancias de su fallecimiento.
Hablarle de Jean Moulin a los franceses de ustedes es tan innecesario como necesario es recordárselo a lo que no son franceses. Quiero decir, Moulin es una figura emblemática dentro del Hexágono pero relativamente desconocido fuera de él.
Después de recibirse de abogado en Montpellier, Moulin entró en el servicio público de su país. Fue el más joven subprefecto (especie de intendente de segundo nivel) al alcanzar ese cargo en 1930 (tenía responsabilidad por un arrondissement o barrio). En 1937 llegó a ser prefecto (otra vez, el hombre más joven a haber alcanzado esa posición en Francia, fue en el departamento de Eure-et-Loir)
Cuando los alemanes ocuparon su departamento, se negó a firmar lo que ellos le pusieron sobre la mesa e intentó suicidarse. Pero este fue su único intento de resistir mediante una fuga hacia la nada, pues enseguida decidió usar otros medios más eficaces de oponerse a la ocupación, por lo que luego de ser despedido por los nazis de su puesto, se unió a la Resistencia y escapó a Inglaterra. Retornó a Francia el 2 de enero de 1942 como delegado general de Charles de Gaulle para la zona ocupada (recordemos que los alemanes habían dividido Francia en dos partes formalmente diferentes, una estaba bajo ocupación directa de los alemanes y la otra bajo ocupación indirecta, mediante la intermediación de la administración títere de Vichy)
Max –tal su nom de guerre- tuvo un rol fundamental en la organización de los maquis –(como se dio en llamar a los resistentes franceses, desconozco la génesis del término, me gustaría conocerla si alguien puede informarme). También tuvo papel relevante en la creación del Consejo Nacional de Resistencia, -del que fue primer chairman en mayo del 43-, que unía a todos los grupos no-comunistas, asegurando el control por parte de de Gaulle sobre ese Consejo.
El 21 de Junio de 1943 fue arrestado por la Gestapo en Caluire, cerca de Lyon. Torturado salvajemente en diversas prisiones, murió en un tren que lo trasladaba a Alemania. El jefe de la Gestapo en Lyon era Kalus Barbie, a quien todos, creo, recordamos bien (fue recientemente juzgado en Lyon)
Un rol fundamental en la captura de Moulin y de otros resistentes en ese mes le cupo a "K30" (tal su identificación en el servicio secreto alemán), clave con que se conocía a Robert Moog, un francés al servicio de los alemanes que ya había ayudado a destruir muchas células resistentes a lo largo y ancho de Francia (Toulouse, donde hoy vive MMF, fue escenario de uno de sus éxitos. No quedó títere con cabeza en la ciudad). En el último anillo del séptimo círculo, aquel donde termina la peor calaña de los traidores del mundo, allí descansa hoy Robert Moog.
Como siempre, no podía faltar la visión revisionista. Recientemente salieron dos libros (Jacques Baynac´s y Pierre Pean´s) con visiones diferentes. Cabe aclarar que lo que he dicho o contado hasta ahora es la versión oficial y a todas luces la más probable. Baynac sostiene que Moulin en realidad se había desencantado de la actitud tan arrogante de De Gaulle (que tenía repodrido a Churchill hacía tiempo, ya hemos dedicado un texto a la relación entre ambos) y decidido pasarse al bando americano, y que la Gestapo lo habría tomado prisionero precisamente cuando estaba estableciendo contactos con representantes del ejército norteamericano. La de Baynac parece más una novela, una versión shockeante destinada a asegurar la venta de su libro, que un estudio de Historia.
El libro de Pean mantiene la versión tradicional, que es que Moulin fue entregado a los nazis por René Hardy, otro miembro de la resistencia pero de la facción “Combat”, que odiaba a De Gaulle.
El historiador Robert Paxton, pese a no ser francés –es norteamericano- conoce mucho del tema, y dijo más o menos esto: “Moulin ya fue acusado de ser comunista, más recientemente de ser espía soviético, ahora dicen que fue agente norteamericano. Sólo falta que lo acusen de espía de los nazis. Creo que estas visiones deben más a necesidades de la industria editorial francesa de vender libros que a la investigación histórica”.
Nótese que aún las alocadas visiones revisionistas tienen todas algo en común: Moulin es siempre puesto del lado nuestro, sea de los comunistas o norteamericanos (improbable) o de los gaullistas (mucho más probable) Nadie se atrevió a tratarlo de agente nazi. Algo dice esto sobre la trayectoria del hombre.
Bedarida, también historiador escribió: “Una pequeña minoría de franceses colaboró con los alemanes, mientras que otra pequeña minoría los combatió desde la Resistencia. La gran mayoría tenía que manejar sus vidas a través del día a día, soportando al invasor y psicológicamente sintiéndose solidarios con los resistentes”. Es probablemente una afirmación 100 % exacta y lo más que pueda decirse sobre este tema que tanto hemos conversado con MMF, que es el de la historia del colaboracionismo y de la resistencia franceses.
La participación de Hardy como el Judas de la historia no pudo probarse más allá de toda sospecha, aunque parece muy probable. Él la negó siempre. Sí se sabe que pese a que él lo negó, fue arrestado por los alemanes el 7 de junio y liberado poco después. Que un líder de la resistencia fuera liberado en 24 horas y con todos los huesos puestos, hace pensar fuertemente que Hardy, como Fausto, vendió el alma al diablo ese día haciendo algún tipo de arreglo con los alemanes.
La historia completa de la delación es larga. Incluye el nombre de Edmée Deletraz, una resistente que cayó prisionera y fue obligada a colaborar. Pero Edmée no vendió el alma al diablo y hoy en día no acompaña a Hardy y Moog en su inmundo infierno. Ella se las arregló para mantener informada a la resistencia de todo lo que la Gestapo la obligaba a hacer, lo que fue de gran utilidad. Edmée se enteró de la traición que iría a concretar Hardy y logró prevenir a dos resistentes. Lamentablemente, la suerte estuvo ese día del lado de los malos, porque ninguno de ellos dos consiguió poner sobre aviso a Moulin o a alguno de los otros dirigentes. Los testimonios de Edmée y de esos dos resistentes han sido fundamentales en determinar la culpabilidad de Hardy.
Pero no terminó ahí nuestra mala suerte ese día. Edmée dio largas al asunto, intentó demorar la entrada de los alemanes a la casa donde se encontrarían los líderes de la resistencia. Esto terminó siendo perjudicial, porque Moulin llegó media hora tarde y se hubiera salvado a no ser por las tácticas dilatorias que en la mejor fe aplicó Edmée.
Nueve hombres fueron capturados ese día. De ellos, Larat and Schwartzfeld no volverían nunca más de los campos de concentración. Lassagne sobrevivió, pero con la salud muy deteriorada por los malos tratos, falleció en 1953 a los 42 años de edad. Raymond Aubrac fue liberado por un comando de la resistencia en octubre de 1943 cuando era transferido de una cárcel a otra. Dugoujon, Lacaze y Henri Aubry fueron liberados por los alemanes.
René Hardy volvería a ser tomado prisionero por los nazis y “escapó” otra vez, en esta oportunidad de un hospital en Lyon. Luego de la guerra fue juzgado dos veces en Francia, quiero creer que por distintas acusaciones, sino sería una linda aberración judicial. La primera vez, en 1947 fue encontrado inocente (yo debería decir par ser más preciso que no fue encontrado culpable). En 1950 un tribunal militar lo declaró una vez más no culpable de cargos de espionaje contra la nación. Moriría en 1987, apenas unos meses antes de que comenzara el famoso juicio en Lyon contra Klaus Barbie que todos recordamos.
La suerte de Jean Moulin no la conocemos en detalle. Sí sabemos que luego de un interrogatorio que ciertamente no cumplía con la convención de Ginebra, llevado adelante personalmente por Barbie, fue conducido a los cuarteles generales de la Gestapo en París y de allí a una celda en las afueras de Neuilly.
La constante tortura lo había llevado al borde del estado de coma, lo que no impidió a sus captores continuar maltratándolo en procura de información. Datos importantes fueron suministrados por Heinrich Meiners, oficial de policía alemán, en 1946. Dijo que se había pensado trasladarlo a Berlín, para lo cual una ambulancia lo llevó a la Gare de l´Est. Cuando el tren llegó a Frankfurt, Moulin murió sin haber abierto la boca de un ataque al corazón el 7 o el 8 de Julio de 1943, fecha que hoy recordamos con respeto y sentida admiración. El cadáver fue incinerado. Otro oficial alemán, de nombre Ernst Misselwitz y que intervino en la captura, dijo que con gran probabilidad la urna número 10137 del Cementerio de Père-Lachaise (en París) contenía las cenizas de Jean Moulin.
En 1964 los restos de Moulin fueron trasladados al Panteón de los héroes en París donde descansan un pequeñísimo puñado de los mejores Hombres (o sea hombres y mujeres) de Francia. Están allí entre otros Voltaire, Jean-Jacques Rousseau, Victor Hugo, Èmile Zola y Marie Curie. Allí fui a rendirle homenaje en abril pasado.
Entonces Moulin pasó de héroe a mito sin dejar de ser lo primero. Junto con Jeanne D’Arc, pasó a simbolizar en el imaginario francés, el símbolo más sagrado y respetable de la Nación misma (así, con mayúscula). Moulin se convirtió –muy merecidamente- en la imagen que el país quería tener de sí mismo: Resistente, no comunista, nacionalista, gaullista, llegó a ser número uno del ejército francés sin haber tenido instrucción militar alguna antes de la guerra. Fueron sus dotes de organizador y sus habilidades políticas las que le permitieron llegar tan alto. Su figura es casi venerada en Francia. Sus biografías ocupan estantes y estantes de las librerías parisinas, como pude comprobar recientemente. Su recuerdo ocupa desde hoy, espero, un pequeño espacio en la memoria de todos nosotros.

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