X años nació en el 1999, cuando tomaba una ducha para ir al trabajo en San Pablo. En ese momento escuché por la radio que una encuesta realizada el 6 de agosto en las calles de Hiroshima, había obtenido como resultado que un porcentaje abrumadoramente alto de jóvenes de esa ciudad no sabían que aniversario se recordaba ese día. Esto me golpeó muy duro. Algo debemos hacer para combatir el olvido, la desmemoria, me dije. Y pensé en un ciclo por Internet, que recordara a las personas hechos que a mi criterio no debían ser olvidados. Hitos fundamentales de nuestra historia como especie cuyo extravío en la memoria me resulta, a mí al menos, inadmisible. Por eso el ciclo nació un 6 de agosto y con un poema de Vinicius de Moraes sobre la bomba atómica que explotó en Hiroshima.

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23 de octubre – 57 años este día

El 23 de octubre de 1942 tuvo lugar en el noreste de África, la batalla de El Alamein.
Haciendo un poco de historia previa, digamos que Rommel, que sería nazi pero era un genio, nos había hecho mierda. Creativo, sorprendente, había logrado toda clase de victorias aún en batallas en las que estaba en clara inferioridad numérica. Churchill en sus memorias habla muy bien de Rommel, demasiado, diría. Se lo percibe fascinado por su talento.
Los alemanes estaban a punto de ocupar El Cairo y Alejandría, lo que hubiera sido el The End de nuestra presencia en el norte africano. El pelado italiano ya había preparado las valijas para entrar a esas ciudades con Rommel y capitalizar la jornada. Nunca entendí porque Hitler se alió a Mussolini. Era de madera en lo militar y cada batalla o invasión en que se metía terminaba mal y precisando de los alemanes para que le sacaran las papas del fuego.
La inferioridad numérica de los ingleses en Nordáfrica fue revirtiéndose con el tiempo y para cuando Montgomery atacó en la fecha que hoy recordamos, era superior en todos los frentes. Tenía más hombres, más tanques y más aviones que Rommel. La Marina y la Fuerza Aérea aliadas impedían el abastecimiento de Rommel, y para empeorar las cosas –vistas desde Berlín- el mismísimo Zorro del Desierto estaba enfermo y recuperándose en Austria.
Para cuando Rommel puso pie en África el 25 de octubre, la mitad de sus tanques estaban destruidos. Sorry, Rommel, el que se fue a Sevilla...
En los días siguientes el talento de Rommel logró parar la ofensiva y causarle a los ingleses tantas pérdidas en tanques como las que su ejército había sufrido antes de él llegar. Así y todo, como de entrada los ingleses tenían más tanques, perdiendo ambos la misma cantidad, continuaban estando por arriba.
Llego un momento que Rommel no podía ya resistir y mandó replegarse. Hitler anuló esta orden indicando que El Alamein debía ser mantenido (este tipo de cosas, veremos cuando Stalingrado, eran muy propias de Hitler, él pedía lo imposible sin ninguna idea de la imposibilidad práctica de lo que ordenaba).
La demora en implementar la razonable decisión de Rommel implicó que los alemanes debieron replegarse más y más para no terminar rodeados. En total, como consecuencia de El Alamein, los alemanes retrocedieron más de mil kilómetros. El Cairo y Alejandría estaban a salvo. El norte africano también.
Aunque El Alamein sea tal vez un poco menos decisivo en la guerra que lo que Churchill y la historiografía inglesa pretenden ponerlo, fue de todos modos una batalla fundamental.
Es de pura justicia que el flemático General Montgomery haya dado su nombre al abrigo que usábamos en nuestra adolescencia. (que toma su nombre precisamente porque el General usaba uno de ese tipo).

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