X años nació en el 1999, cuando tomaba una ducha para ir al trabajo en San Pablo. En ese momento escuché por la radio que una encuesta realizada el 6 de agosto en las calles de Hiroshima, había obtenido como resultado que un porcentaje abrumadoramente alto de jóvenes de esa ciudad no sabían que aniversario se recordaba ese día. Esto me golpeó muy duro. Algo debemos hacer para combatir el olvido, la desmemoria, me dije. Y pensé en un ciclo por Internet, que recordara a las personas hechos que a mi criterio no debían ser olvidados. Hitos fundamentales de nuestra historia como especie cuyo extravío en la memoria me resulta, a mí al menos, inadmisible. Por eso el ciclo nació un 6 de agosto y con un poema de Vinicius de Moraes sobre la bomba atómica que explotó en Hiroshima.

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1 de julio - 84 años este día

El 1 de julio de 1916, fecha que hoy recordamos, comenzaba la batalla del Somme, que toma su nombre de un río del nordeste francés en cuyas proximidades tuvo lugar. En esa época, la Primera Guerra Mundial –bueno es recordar que en la época no se la llamaba de “Primera” lógicamente porque aún no había habido una “Segunda” guerra mundial sino de “Gran Guerra” - hacía dos años que estaba más o menos parada en una línea de trincheras que se movía poco o nada. Un día avanzaban los aliados unos metros acá, otro los alemanes otro poco por allá, para al día siguiente todo volver al lugar de origen (un poco resumido, pero más o menos era así). Los alemanes vieron que una eterna guerra de trincheras no les favorecía, ya que por estar encerrados en el centro de Europa, tarde o temprano sus abastecimientos se terminarían antes que los de su enemigo. Así, decidieron tomar la ofensiva en la famosa batalla de Verdún, que duró meses y en la que murieron miles de soldados de ambos bandos, además de destruirse la totalidad de los pueblitos de la zona. Los franceses hicieron de la defensa de Verdún una causa nacional, de honor y orgullo más que relevancia estratégica (Verdún no era tan importante de punto de vista táctico). Afortunadamente tuvieron suerte, Verdún nunca cayó.
Poco después de comenzar Verdún le tocó el turno a los británicos de decidirse a tomar la iniciativa, lo que hicieron en el Somme. Fue la mayor carnicería de la historia hasta ese día y, si no estoy equivocado, hasta el día de hoy, ya que no recuerdo batalla alguna de la Segunda Guerra Mundial donde hayan muerto un millón doscientos mil hombres. Un poco menos de la mitad del lado alemán, un poco más de la mitad del lado aliado. Ni la totalidad del sitio de Stalingrado mató tanta gente. A veces nos olvidamos de la
Primera Guerra Mundial, la Segunda nos resulta más cercana en lo histórico –y tiene muchas más películas que las recuerdan, hasta series, ¿se acuerdan de Combate y el Sargento Sanders?-. Pero aunque fue una guerra de tecnología antigua, mucho más parecida en ese aspecto a las guerras del XIX que a la Segunda Guerra Mundial –la primera guerra tecnológica- mató gente de a millones, como lo prueba la batalla del Somme. Para peor, los británicos ganaron unos miserables metros de terreno, por lo que Somme se transformó en la peor derrota militar británica de todos los tiempos. Yo creo que el Imperio Británico murió allí. Al menos, allí quedó enterrado para siempre el sueño inglés de continuar siendo la principal potencia del mundo. La mentalidad inglesa no sería la misma después de la batalla del Somme.
Los muertos fueron enterrados en el mismo lugar donde cayeron, por lo cual la actual sucesión de cementerios alineados reproduce muy fielmente el frente de batalla de aquel tiempo.
Quizá piensen que ya nadie recuerda a los muertos del Somme. Se equivocarían. Cuentan los que recientemente han visitado la zona, que en las tumbas de los ingleses muertos (también había franceses, es justo decir, un tercio más o menos) hay fotos actuales de niños y familias con leyendas “a mi tatarabuelo fulano de tal”.

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