X años nació en el 1999, cuando tomaba una ducha para ir al trabajo en San Pablo. En ese momento escuché por la radio que una encuesta realizada el 6 de agosto en las calles de Hiroshima, había obtenido como resultado que un porcentaje abrumadoramente alto de jóvenes de esa ciudad no sabían que aniversario se recordaba ese día. Esto me golpeó muy duro. Algo debemos hacer para combatir el olvido, la desmemoria, me dije. Y pensé en un ciclo por Internet, que recordara a las personas hechos que a mi criterio no debían ser olvidados. Hitos fundamentales de nuestra historia como especie cuyo extravío en la memoria me resulta, a mí al menos, inadmisible. Por eso el ciclo nació un 6 de agosto y con un poema de Vinicius de Moraes sobre la bomba atómica que explotó en Hiroshima.

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9 de noviembre - 29 años este día

Día cargado de historia el 9 de noviembre aura que dice, dijo el paisano mientras sebaba el tercer mate y, luego de despachados las recordaciones de la Noche de los Cristales Rotos y de la caída del Muro de Berlín, puso a recalentar la pava para atacar la ultima efeméride del día: el vigésimo nono aniversario del fallecimiento de Charles de Gaulle.
El hombre había nacido un 22 de noviembre, de 1890 para ser más precisos, en la tranquila ciudad provinciana de Lille. Todo el mundo lo conoce como militar y presidente, pero fue también un mediano escritor, lo que le venía en los genes, porque su padre era profesor de literatura y filosofía y en la familia no faltaban historiadores y escritores.
Se educó en la Academia Militar de Saint-Cry, un inicio seguro de una gran carrera militar, como L’ Ecole Des Mines lo es en otro campo. En la primera guerra peleó en un regimiento de infantería que mandaba el entonces General y luego Mariscal, Philippe Petain. Actuó en la famosa batalla de Verdún, fue herido tres veces y tomado prisionero por casi tres años.
Terminada la guerra se dedicó a la docencia en academias militares hasta que su ex superior (Petain) lo promovió a miembro del Conseil Superieur de la Guerre en 1925. Tuvo luego destino militar en Renania (donde luego ocurriría la primera invasión de Hitler) y en el Medio Oriente. En estos tiempos inició su amistad con la pluma, escribiendo La Discorde chez l'ennemi, (1924), Le Fil de l'epée (1932), Vers l'armée de métier (1934) y La France et son armée (1938). Este último libro le trajo problemas con Petain a quien no le gustó nada de la manera que De Gaulle criticaba el manejo del ejército.
En mayo de 1940 fue promovido a Brigadier General, justo cuando los alemanes invaden Europa Occidental. Y aquí vino la decisión más acertada que De Gaulle tomó en su vida. Cuando Francia cayó como un castillo de naipes, la plana mayor de las Fuerzas Armadas Francesas se pasó a la República de Vichy, o sea, se tornaron colaboracionistas. Entre ellos el mismo Petain y Darval, almirante de gran fama que si hubiera tomado camino contrario, o sea, se hubiera ido a Inglaterra en lugar de aceptar un ministerio en el gobierno títere de Petain, sin duda hoy nadie se acordaría de De Gaulle. Él fue pues el único que eligió el bando correcto. Para que su fuga a Inglaterra no fuera impedida por los colaboracionistas, ese día llenó su agenda hasta tarde, y al salir a almorzar se fue al aeropuerto, se subió al avión y escapó a Londres.
El 18 de junio hizo desde esa ciudad y por radio, el llamado a los franceses que terminaría transformándose en la pieza radial más importante de la historia de Francia. “La France a perdu une bataille, mais la France n´a pas perdu la guerre” se tornó un clásico infinitamente usado y parafraseado.
Petain lo condenó a muerte por traición (Petain condenando a alguien por traición, ¡Que ironía!), le quitó su rango militar y le confiscó sus propiedades. Años después, De Gaulle tendría la grandeza de olvidar todo esto y amnistiar a Petain.
En Londres se tornó el líder de las Fuerzas de la Francia Libre. Pero la verdad es que su relación con los ingleses y con Churchill en particular no era fácil. Los ingleses no le tenían demasiada confianza, temían por las fugas de información a Alemania a través de la ruta Francia Libre – Vichy y por eso no le contaban nada. De la invasión al norte de África (operación “Torch”) CDG se enteró el día anterior. De Londres se mudó a Argelia y de allí a París el 9 de Septiembre de 1944. Condujo los dos primeros gobiernos provisionales de la posguerra hasta que renunció en 1946, no tengo muy claro por qué, francamente.
Desde esa fecha fue un gran opositor de lo que se llamó la Cuarta República Francesa. Esta República era un despelote, como Italia hoy en día digamos, elecciones todo el tiempo, cambio de gobierno, demasiado poder parlamentario, desorden por todos lados. Era una repetición de los problemas que había tenido la Tercera República (la que existía antes de la guerra), no se había solucionado nada.
Volvió a la literatura, escribiendo sus memorias (tres tomos L'Appel, L'Unité y Le Salut).
En mayo del 58 Francia lo convocó nuevamente al poder. Acababa de comenzar la guerra de Argelia y la guerra civil parecía estar a punto de apoderarse de Francia. Hubo unos manejos extraños (Junio 1958), que casi conformaron un golpe de estado pero no lo fueron, que hicieron que De Gaulle terminara como primer ministro de una manera que no era del todo legal, ni tampoco del todo ilegal. Todo se solucionó desde el punto de vista formal el 21 de diciembre, cuando el esgarbado General fue elegido presidente de la Republique Francaise, con una nueva constitución (aprobada por referéndum el 28 de septiembre de 1958) que dio origen a una nueva República (la quinta República que aún hoy está vigente). Esta era mucho menos parlamentaria, más ordenada y con un poder presidencial fortísimo.
A De Gaulle le encantaban los referéndums. Los uso bastante, tal vez demasiado. Y siempre ponía explícitamente o implícitamente a los franceses ante una opción de este tipo “o aprueban lo que les estoy proponiendo o no cuenten más conmigo”.
En 1962 llamó a un referéndum pidiendo fuera aprobada la elección indirecta de Presidente de la República. Lo consiguió. En 1965 fue reelecto Presidente de la República (aunque en el balotaje). En esos tiempos se puso un poco gagá, criticó la intervención americana en Vietnam –cosa que podía hacer cualquiera menos los franceses, ya que los americanos fueron a terminar la guerra que los franceses no supieron completar- y fue también en ese tiempo que en Québec hizo esa famosa y poco feliz declaración “Vive le Québec libre” delante de todas las autoridades canadienses.
Vinieron los hechos de mayo del 68 y pese a que en las elecciones de junio los gaullistas ganaron ampliamente, mayo del 68 fue el comienzo del fin del gobierno de De Gaulle.
Llamó a otro referéndum en abril de 1969, siempre con la amenaza de me lo aprueban o me voy. Esta vez le dijeron bueno, andate, y como consecuencia de ese resultado adverso renunció el 28 de abril. Murió de un ataque al corazón el 9 de noviembre de 1970, fecha que hoy recordamos.

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