X años nació en el 1999, cuando tomaba una ducha para ir al trabajo en San Pablo. En ese momento escuché por la radio que una encuesta realizada el 6 de agosto en las calles de Hiroshima, había obtenido como resultado que un porcentaje abrumadoramente alto de jóvenes de esa ciudad no sabían que aniversario se recordaba ese día. Esto me golpeó muy duro. Algo debemos hacer para combatir el olvido, la desmemoria, me dije. Y pensé en un ciclo por Internet, que recordara a las personas hechos que a mi criterio no debían ser olvidados. Hitos fundamentales de nuestra historia como especie cuyo extravío en la memoria me resulta, a mí al menos, inadmisible. Por eso el ciclo nació un 6 de agosto y con un poema de Vinicius de Moraes sobre la bomba atómica que explotó en Hiroshima.

Índice

13 de septiembre – 57 años este día

Benito Amilcare Andrea Mussolini, alias Il Duce (el líder, en italiano) nació el 29 e julio de 1883. Fue Primer Ministro de Italia desde 1922 hasta 1943 y por tanto se convirtió en el primer dictador fascista del mundo, aunque no en el más duradero (Franco habría de superar su marca). Cuando no tenía aún treinta años de edad fue periodista y hasta editor de algunos diarios socialistas, aunque terminó siendo expulsado del Partido Socialista Italiano. Ahí se pasó a editor de un diario que ahora sí, podríamos decir que era fascista (Il Popolo d´Italia). En 1919 en Milán forma el embrión de lo que sería la organización fascista que lo llevaría al poder. En esa oportunidad también re-inventa (porque en realidad viene del imperio romano) el término fascista, identificando a la agrupación como Fasci di Combattimento. El 28 de octubre de 1922 organiza la famosa Marcha sobre Roma (que será sujeto de un X años) de sus camisas negras –uniforme que habían adoptado sus milicias fascistas-.
Victor Emmanuel III, rey de Italia, asustado por estos acontecimientos, ofreció a Mussolini la posición de Primer Ministro el 31 de octubre de 1922, lo que convirtió al Duce en el gobernante más joven de la historia italiana. En 1924 hubo elecciones parlamentarias –con trampa, pero no demasiada- que le permitieron afirmar su poder. Es engañarse no reconocer que el pueblo italiano en su mayoría saludó su advenimiento, percibiéndolo como el hombre que pondría orden en la caótica situación económica y política del país, y le restablecería su dignidad perdida en los lejanos tiempos del imperio. Aunque odiemos reconocerlo, Hitler y Mussolini ganaron elecciones. Hasta en el exterior se lo veía con buenos ojos. Quizás hubiera muerto de viejo gobernando el país si no se le hubieran metido en la cabeza sueños de expansión imperial. Su primera víctima fue Abyssinia (África), a la que invadió en octubre de 1935. Europa limitó su protesta a palabras, como haría luego con Hitler.
Vendría luego la Segunda Guerra Mundial. Mussolini titubeó mucho antes de ponerse abiertamente del lado alemán, pero decidió tomar ese paso para no perderse el botín barato que Hitler parecía estar obteniendo en Europa Occidental. Así, el 10 de junio de 1940 le declaró la guerra a Francia. Pobre pelado, no tuvo suerte ninguna en la Segunda Guerra Mundial, desde el principio entró con el pie izquierdo. Francia se rindió antes que él pudiera cosechar victoria alguna y luego fue a visitarlo a Hitler sabiendo que el austriaco no lo miraba como un par, nunca lo hizo, sino como a un socio de segunda clase. El encuentro esta magníficamente satirizado en El Gran Dictador, el filme de Charles Chaplin. Tan poca confianza tenía Hitler en Mussolini o los alemanes en los italianos, que en la península se enteraron de la invasión de Rumania y de la de la Unión Soviética por los diarios. Para pagarle al cabo con la misma moneda, Mussolini no tuvo mejor idea que invadir Grecia –a través de Albania- sin avisarle a Hitler. El resultado fue un desastre que motivó la intervención alemana para evitar una total derrota de su aliado latino. Tampoco en el norte de África pudo Il Duce valerse solo y debió también allí recurrir a su socio prusiano.
En 1943 comenzó la debacle del hitlerismo en general y de Mussolini en particular. El 24 de julio Mussolini fue arrestado y luego de dos prisiones transitorias fue trasladado a un hotel en las montañas Abruzzi. El 8 de septiembre (Ver X años de esa fecha) se produce la rendición de Italia. Hitler fue leal a su socio italiano y mandó un grupo comando, al mando de Otto Skorzeny a rescatarlo. Lamentablemente el operativo tuvo éxito, Mussolini fue llevado de avión a Munich y el 13 de septiembre, fecha que hoy recordamos, era saludado por Hitler en Berlín.
A instancias del líder alemán, volvió a Italia y fundó la República Social Italiana, un estado fantasma, títere de Hitler. Pero tampoco esta fantasía duró mucho y Mussolini se vio obligado a huir. Como Luis XVI, intentó cruzar la frontera disfrazado, esta vez de soldado alemán en un convoy que se retiraba hacia Insbruck (Austria). Pero fue reconocido –igual que Luis XVI- y fusilado junto con su amante Claretta Petacci, que había decidido permanecer con él hasta el final. Sus cuerpos fueron luego colgados, cabeza abajo, en la Piazza Loreto de Milán.

No comments: